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Candidato a caos reptante, con experiencia mínima liándola. Aprendiz de una de las revoluciones económicas más gloriosas, la marginal. Gente de buen parecer que intenta poner a lo cuantitativo en su sitio, bien glorioso y muy importante para todo lo que nos rodea.

sábado, 20 de agosto de 2011

Cómo es el mundo (y eso te incluye a ti, humano)

Abstruse Goose, con su magnífica tira, nos recuerda una realidad natural rodeada de matemáticas, siendo ésta la visión entrenada de numerosos científicos.



Podemos apreciar que la realidad externa que percibimos, procesamos e interpretamos intuitivamente con nuestros sentidos y procesos mentales esconde regularidades y fenómenos que las diversas ciencias han ido recogiendo a lo largo de siglos y que son traducibles a diversos lenguajes, especialmente el matemático. Ese plato tan delicioso que humea y nos lleva a él podría estar activando sustancias químicas en mayor o menor cantidad en el cerebro. Y su simple digestión, ante la cual no solemos pensar en términos tan complejos, podría ser sólo una de las maneras que tiene un sistema abierto como el humano de intercambiar energía y materia para seguir viviendo.

Con eso llegamos a ti, querido humano. Tú no eres ninguna excepción, por mucho que tu lógica intuitiva te impulse a serlo. Eres un objeto físico más en el mundo, por mucho que nuestra estructura bioquímica y genética (en un orden de nucleótidos y una cantidad de sustancias químicas muy dadas: de otra forma, serías otra especie) nos dote de una capacidad para sentir que nos hace pasar por estados que consideramos agradables, desagradables o la explicación cualitativa que más nos guste, llegando al punto de influir en nuestro comportamiento, que es en última instancia una de las vías de interacción física con el resto de objetos presentes en esta parcela del Cosmos. A pequeña escala, tus recuerdos y sensaciones, por intuitivamente intangibles que sean, se sustentan también en lo físico.

Miraremos a los nuestros, humano. A la sociedad, en donde también podríamos observar una larguísima serie de relaciones matemáticas, algunas de las cuales todavía no hemos descubierto, nos resultan demasiado complejas de calcular o que se quedaron demasiado cortas como la fórmula del comportamiento de Kurt Lewin. Unas relaciones matemáticas en nuestra humanidad, como la estructura de población por edades, esclarecen el funcionamiento de una sociedad que puede variar mucho a lo largo del tiempo con cosas tan sencillas como el envejecimiento, que puede resultar en una masa de personas que van actuando, en media, de una manera distinta a los jóvenes y que eso tiene consecuencias sobre el total de la sociedad.

¿Y por qué profundizo en eso de que el ser humano es un hecho físico y matemático? Si estudiamos el cuerpo de cualquier humano, a muy pequeña escala hallaremos átomos y moléculas. Y a una escala mayor, diversas reacciones y sustancias químicas a lo largo del cuerpo (mucho de lo que encontraremos en un cuerpo humano son sustancias químicas que ya hemos hallado en este cosmos). Estudiando el medio, descubriremos que vive en unas condiciones físicas bastante dadas,como un rango determinado de temperaturas. Sus desarrollos culturales pueden ampliar sus limitaciones, pero hay que insistir en que no son mágicos y que podemos prosperar gracias a la acumulación de conocimiento.

Más sobre la dimensión matemática del ser humano

Como hemos visto en los renglones anteriores, el ser humano tiene muchísimos aspectos susceptibles de ser matematizados, por no decir casi todas. En esta sección queremos entrar más en el meollo.

Aunque las matemáticas sean un ejercicio de abstracción concebido por una mente animal como la humana que evolucionó largamente (y que puedan estar presentes de manera intuitiva en otros animales, haciendo cálculos aproximados de cuántos recursos puede consumir), funcionan muy bien porque, de alguna manera, es un lenguaje mucho más preciso para describir el mundo real y sus hechos que la aproximación intuitiva del lenguaje gramatical, sobre todo gracias a las notaciones.

Hay que hacer notar que son relaciones aproximadas en muchísimas ocasiones, construyéndose modelos para ello. Tenemos ejemplos. Las cifras de mortalidad en Demografía parten de métodos de conteo estadístico como el censo con una precisión elevada pero no total, aunque sí más elevada que simplemente decir "son muchos y más que hace tiempo". Y si nos vamos a otros campos, en Física tenemos una oración enunciada por Feynman sobre la electrodinámica cuántica que reza "si se midiese la distancia entre Los Ángeles y Nueva York con semejante precisión, su valor diferiría del correcto en el espesor de un cabello humano" (una precisión muy, muy aproximada pero no exacta).

En Biología, diversos estudios a lo largo de décadas con los más sostificados métodos bioestadísticos han dado lugar a un número de casos suficientes para determinar que el humano, pero también otros animales, está influido por circunstancias genéticas y ambientales, aunque aún sea muy arriesgado inferir un porcentaje siquiera aproximado porque, a pesar de que el genoma esté descifrado, aún nos queda por entender la función y la interacción de muchos genes con el ambiente.

Y con esto en mente, quiero que veáis que, de hecho, las relaciones matemáticas más inesperadas nos permiten dar cuenta mejor de nuestra variedad sociocultural, uno de esos detalles que nos distinguen como una especie biológica particular y llegan a ser argumentos para definir lo "humano". La combinatoria y la probabilidad, verbigracia, nos permiten esclarecer mejor el porqué de la inmensa variedad sociocultural que nos caracteriza y esa sensación de libertad por la cual han corrido numerosos ríos de tinta en filosofía.

De hecho, ¿sabéis qué? ¡Ejemplo va! Este conjunto de palabras, realizado con sólo 27 letras de nuestra lengua es un texto totalmente nuevo, aunque las ideas no lo sean y se hayan expresado de manera parecida en las manos y cerebro de muchos otros autores. La combinatoria de palabras (88.431 palabras o lemas reconocidas por la RAE en su 22ª edición de 2001) hace que un texto de 1.000 palabras pueda ser expresado con un número literalmente inmenso de combinaciones de palabras que excede el número de átomos del universo, 1080 aproximadamente.

Aunque merece la pena objetar: la cifra sería inferior si tenemos en cuenta las palabras gramaticalmente correctas o evitamos las repeticiones, sin obviar la flexibilidad en el orden que presentan las frases de nuestro idioma).

Para la próxima, cómo influye la termodinámica en la sociedad humana y el ser propio (y no arqueéis las cejas: la relación existe y es bastante más estrecha de lo que parece).

1 comentario:

  1. Y puesto que su combinatoria de palabras no es otra cosa que un producto de tu tradición científica aprendida es caer en la obviedad si afirmo que el texto todo no es más que una defensa al objetivismo matemático que expresa la corriente positivista.

    Sí, estamos condicionados por agentes externos que funcionan bajo sus leyes, aquellas que la física se esfuerza por formular sin contradecirse demasiado (menos mal que hemos acuñado esas nociones ¿qué posibilidades de locomoción tendríamos si no?)

    La cuestión es, querido humano, que esta cosa que llamamos mundo tiene cualidades muy sui generis desde que llegó a él ese bicho que inventó la cultura. Me pregunto ahora si habrá también fórmula para la historia... o para esto que escribe. El texto depende, en efecto, de ciertas variables que se pueden cuantificar; cuando se encuentren todas y se matematicen crearemos máquinas para hacer la literatura, quizá.

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